Esta canción está llena de una energía contagiosa que levanta el ánimo desde el primer momento, contiene un ritmo contagioso proveniente de un estilo que mezcla pop con algo de funk, con ese sonido tan característico que podemos describir como chasquidos que se entrelazan de manera perfecta con cualquier otro instrumento, en este caso el sintetizador, que también es un pilar importante de su base. Toda esta textura se siente vibrante, carismática y explosiva, llena de matices complejos pero muy fáciles de escuchar y disfrutar.
La letra es bastante divertida y a la vez cruda, porque se expresa de manera satírica e irónica de cómo hoy en día es relativamente fácil ganarse unos miles de dólares a través de plataformas de suscripción a contenido privado, no diremos nombres pero yo sé que tú tienes una idea de lo que estamos hablando. No es una crítica social, simplemente menciona lo curioso que resulta como hoy en día no es necesario contar con un talento real, solamente hace falta desnudarse, tomarse fotos y mejorarlas lo más posible para subirlas a internet y la gente va apagar por verlas.
John Gallen nos trae un sonido auténtico y muy fresco, acompañado de una letra irónica y divertida.
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