jul 11, 2025
Posted under:
Alternative rock
Funk
Modern Progressive Rock
La llegada de una propuesta como la de I, Captain se siente como una bocanada de aire fresco dentro del panorama musical actual y además, siguiendo la temática de su estética, también se siente como la despresurización de una cabina después de un lanzamiento a mundos sonoros tan bastos como estimulantes. Éste tema se llama “Endless Miles” y forma parte de su segundo álbum de larga duración titulado “Outer Space”. Funciona como una declaración de intenciones de lo que podemos esperar en el resto de este material, más que una simple canción es una simulación, es el prólogo de una odisea un fragmento de algo mayor, que promete llevarnos a través de las estrellas siguiendo las andanzas de la gente común al más puro estilo de los álbumes conceptuales de la década de los 70.
Desde sus primeros segundos esta canción establece su ley, no hay una introducción paulatina, porque “Endless Miles” nos sumerge directamente en su núcleo estremecedor: una línea de bajo que es y sin exagerar, el alma y el motor de toda la pieza, con un groove que se adhiere a la piel, este bajo no sólo sirve para marcar el ritmo, sino que narra una historia de movimiento perpetuo. Mantiene una pulsación hipnótica y contagiosa y es una mezcla perfecta de la cadencia del funk, con la urgencia de un estilo más experimental. Si cierras los ojos incluso me parece que podrás sentir el rugido de los motores de una nave espacial y la vibración del metal mientras sales de la atmósfera a una velocidad impresionante; es la banda sonora perfecta para un viaje sin un destino claro, donde lo único que importa es la sensación de avanzar y devorar años luz en busca de nuevas experiencias.
Sobre esta base rítmica se construye una atmósfera densa y cautivadora, las voces tienen un tratamiento de reverberación que las hace sonar distantes, como ecos perdidos en la inmensidad del cosmos. No se presentan como un elemento melódico principal, sino como un instrumento más, completamente al servicio de la ambientación. Repiten frases cortas que se clavan en nuestra mente, contribuyendo a una sensación de trance y tensión latente. Son como transmisiones o instrucciones fragmentadas que llegan desde un lugar lejano, mensajes crípticos que refuerzan el sentimiento de soledad y expectación. Esta elección de estilo me pareció un tremendo acierto, porque genera una dualidad estremecedora, mientras el bajo nos ancla a un ritmo físico e irresistible, las voces nos elevan a un plano etéreo y misterioso.
Uno de los mayores triunfos de este tema es su particular manejo de la dinámica, la canción fluye con una naturalidad deslumbrante, manteniendo una tensión constante que nos hace sentir que algo inminente está por ocurrir. El ritmo en su mayoría estable actúa como una calma tensa, como el silencio ominoso del espacio profundo. Sin embargo, esta tranquilidad resulta ser engañosa, porque de manera súbita, pero nunca forzada, la estructura se rompe en explosiones de energía contenida. Son ráfagas sonoras que suponen momentos de una intensidad abrumadora, donde la batería se desata y las guitarras cortan el ambiente. Lo que resulta extraordinario, es que estos estallidos no se sienten como interrupciones, sino como eventos meticulosamente planeados dentro de la narrativa musical; es un caos perfectamente orquestado, como si la nave que tripulamos estuviera esquivando un campo de asteroides o atravesando una nebulosa turbulenta. No hay estridencias innecesarias ni ruido simplemente por existir, cada explosión de adrenalina está justificada y cada silencio calculado. I, Captain demuestra una madurez compositiva destacable, sabiendo exactamente cuándo apretar el acelerador y cuándo dejar que la gravedad haga lo suyo. Es esta cualidad, este caos controlado, lo que distingue a este tema y lo eleva por encima de una simple canción de algún género establecido.
La fusión de sonidos es la firma de esta banda en esta canción, porque conviven de manera precisa pero sometiéndose al groove del funk. Esta combinación no sólo funciona, sino que también crea un sonido genuinamente único y fresco, no suena ningún tema que hayas escuchado antes, es una destilación consciente de influencias bien definidas y un lenguaje propio que se siente familiar, pero a la vez completamente nuevo. Este tema es perfecto para introducirte en el viaje y con el cual quedarás encantado y deseando escuchar por completo el material entero. La canción es una experiencia en sí misma, pero también es una promesa que nos asegura que el viaje completo será ecléctico, divertido y sobre todo placentero.
En definitiva, debemos reconocer que esta canción es una obra de arte, que canaliza adrenalina pura a través de un dominio técnico impecable y una visión artística clara, es un tema que se siente vivo, que respira y evoluciona con cada instante. I, Captain ha logrado capturar una esencia que no sólo destaca, sino que nos invita a una inmersión total, dejándonos con esa sensación de querer saber cómo continúa esta fascinante travesía espacial.
Estamos ante uno de los lanzamientos más emocionantes y singulares del año. Hora de abrochar cinturones y prepararse para el despegue.
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